Se está aflojando el único amarre que la paz tiene en la región. Los representantes de los palestinos moderados, han dejado de ser pacíficos amigos para convertirse en enemigos guerreros. Las declaraciones en el sexto congreso de Al Fatah, que tuvo lugar en la ciudad de Belén, adquirieron un tono que nos sorprendió. Nuestros socios en la tarea de buscar la paz en la región, se enfadaron y se enemistaron. Las tremendas declaraciones hechas en Belén son preocupantes, estimulan el terrorismo e invitan a la guerra.
Los israelíes pacifistas, atónitos ante la sorpresa, han quedado sin saber qué nuevos rumbos habrán de seguir los esfuerzos para lograr la paz. ¿Que pasó?. ¿Que llevó a Mahmud Abás a girar 180º? Si bien los árabes antes de la asamblea de Belén, seguían manteniendo sus inaceptables exigencias, Israel no sólo mantenía las suyas, sino que agregó provocaciones que empeoraron el ambiente desde ya poco propicio para comenzar a hablar sobre la paz. En vez de remover todos los asentamientos ilegales y congelar las nuevas construcciones en los territorios en calidad de gestos que, sin poner en peligro nuestra seguridad, demostrarían nuestra sincera voluntad para llegar a un arreglo, hizo justamente todo lo contrario. Las nuevas colonias ilegales que proliferan impunemente, el permiso para construir en los territorios y los recientes antipáticos desalojos de palestinos cuyos desagradables documentos gráficos recorrieron el mundo, son suficientes motivos para montar en cólera al más tranquilo de los árabes, y para entristecer a los desilusionados israelíes que aspiran un futuro sin amenazas de guerra para sus hijos. Si tanto soñamos con el shalom que nunca tuvimos, si siempre todas nuestras esperanzas se centraron en ese ideal, no deberíamos desparramar piedras en el camino que conduce a él.
Pero... ¿es que los árabes moderados son moderados en realidad? ¿Fueron nuestra provocaciones las que los dieron vuelta, o fueron nuestra provocaciones el detonante que reventó la pólvora que Al Fatah mantuvo siempre oculto en su mente? Cualquiera fuera la causa, no cabe duda que se ha creado una nueva situación muy preocupante en el medio oriente. Es de esperar que los países occidentales que median con honestidad en el conflicto palestino israelí, sepan llamar al orden a Al Fatah con el tirón de orejas que corresponde, como también es necesario que las clases gobernantes de ambas partes sepan enmendar sus errores, encuentren la manera de crear las condiciones que lleven a la reanudación de las conversaciones, y hagan todo lo posible para que no se desvanezca la esperanza de paz que aún existe en el corazón de ambos pueblos.
Samuel Auerbach.
Netanya, Israel.
miércoles, 19 de agosto de 2009
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