viernes, 27 de febrero de 2009

Obispo

En una noticia que acabo de recibir, el obispo británico Richard Williamson pide perdón por sus declaraciones. No se imaginó sus concecuencias y, en especial, el castigo que recibiría. Pero hay algo muy importante que no dijo. No dijo qué es en realidad lo que piensa. Una persona debe ser juzgada no sólo por exponer sus dañinas, ofensivas y disparatadas convicciones, si no también por tenerlas. Y este obispo no dice si opina de otra manera. No deja de ser uno de los tantos antisemitas en una de sus tantas manifestaciones: la brutal tergiversación de la historia. En su descargo, el obispo dice no ser historiador. No hace falta ser historiador para saber lo que sucedió con los judíos en la Europa hitleriana. El más ignorante lo sabe. Sólo los honestos lo cuentan tal como fue.

Samuel Auerbach
Netanya
Israel

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