viernes, 13 de marzo de 2009

Cómo se debe responder a las ofensas y mentiras de un enfermo de antisemitismo.

Depende del enfermo. Hay antisemitas brutos y antisemitas instruidos
Retribuirle al bruto con ofensas es descender a su mismo nivel. La respuesta debe reflejar tranquilidad en contraposición a la exaltación con el que el enfermo expone sus ideas. No pretender convencerlo porque frente a premisas y verdades que los ponen contra la pared sin escapatoria, responderán con ladridos que brotarán desde su enfermizo interior, que no les permite utilizar la lógica para pensar. Al enfermo instruído menos aún se lo debe ofender por que generalmente no ofenden. La diferencia entre ambos reside en que frente a indiscutibles y probadas verdades que invalidan por completo sus aseveraciones, no ladran, simplemente las ignoran, como si no fueran dichas o escritas. No pretender rescatarlos ni soñar de ellos una respuesta, porque contestar con honestidad, es darnos la razón. Con los enfermos de antisemitismo es imposible discutir. Ya lo dije una vez: “El antisemitismo no admite razones por que no es una razón. Es un sentimiento heredado que no admite razones”. Hay una vieja frase con mucha poesía que alguien dijo: "Te amo porque te amo, esa es la única razón". Para aplicarlo a un antisemita, sólo hay que cambiar la palabra "amo" por "odio". Ningún escrito dirigido a un antisemita tendra el efecto que buscamos. De ninguna manera les cambiará su arraigado sentimiento, cimentado en un profundo odio del que no se pueden desprender. Siempre volverán a lo suyo. Si bien la nota estará dirigida a él, la intención debe ser dar a conocer al mundo el conjunto de indiscutibles y probadas verdades que no conocen u olvidaron, no solamente al mundo gentil, sino también al público judío dentro del cual abundan los indiferentes y, peor aún, los que se identifican con los que nos quieren aniquilar. Pero para los antisemitas que no las quieren recordar, no tiene ninguna utilidad. Nuestra respuesta no producirá en el destinatario el efecto que pretendemos. Sólo trataremos con ella, y eso es lo único que importa, rescatar a los influenciables por la prensa mal intencionada.
Samuel Auerbach
Netanya
Israel

1 comentario:

alberto v dijo...

yo tambien soy dentista y ayer me pasò por primera vez lo mismo. invitè a un colega nuevo a mi casa a jugar poker y despues de unos tragos empezò a emitir fuertes comentarios antisemitas sin saber que yo era judio.No le respondì nada, solo lo dejè hjablar pero se sintiò tan mal y tan podrido que se retirò al poco rato.ç
yo me sentì mal por no haberlo golpeado o rspondido algo peor.ç
+el lunes me lo vouy a encontrar nuevamente en el laburo y no se como enfrenatrlo, si con altura y no darle importancia o refregarle su impertinencia y hacerle ver su ignorancia e intolerancia.
saludos