viernes, 25 de septiembre de 2009

Lamentos sin fundamentos

Pinchas Wallerstein, director general del Consejo Yesha, se queja que las jóvenes parejas de colonos no tienen donde ir a vivir. Dice que el ministro de defensa Ehud Barak permite la continuación sólo de las construcciones autorizadas en los territorios, lo que considera insuficiente para satisfacer la enorme demanda de viviendas en las colonias. La derecha está convencida que los territorios conquistados durante la guerra del 67, son territorios recuperados. Son territorios que bajo ningún punto de vista deben ser devueltos porque formaban parte de los reinos bíblicos de Israel y Judea. La política colonizadora de esas tierras tiene esa finalidad y constituye una clara negación del principio de “dos estados para dos pueblos” sustentado por el primer ministro. El primer ministro lo sabe, pero no se opone como debería hacerlo demostrando con ello una ambigüedad que con evidente desagrado, no pasa inadvertida en los países que nos acompañan en la búsqueda de la paz en la zona. Existen en Israel otros lugares menos problemáticos en donde las nuevas parejas quejosas pueden construir sus nidos y dar solución a su legítimo problema. Pero insisten en hacerlo en esos territorios cuestionados por el mundo, poniendo escollos al comienzo de un camino que nos ofrece una esperanza de paz. No se debe permitir que añoranzas históricas encubran la visión de una posible paz. Es sensato preferir un hogar pequeño con paz y seguridad, a una patria grande y siempre amenazada. Dado el poderoso y sofisticado armamento que actualmente está en manos de la humanidad, la seguridad no la ofrece el tamaño del país ni las fortificaciones en sus fronteras, sólo la dan los convenios amistosos basados en la confianza mutua. Sería mucho más provechoso que el deseo de expansión de los colonos sea aplicado en poblar el Neguev como lo soñó Ben Gurión, o en levantar sus hogares en la Galilea, cuya población árabe ya supera a la judía. De los aproximadamente 1,5 millones de habitantes de la Galilea, el 52 % son árabes. Las proyecciones demográficas indican que en menos de 15 años, en esa región la población árabe constituirá el 90 % (Joseph Hodara). La derecha no lo ignora pero no le da a ese serio problema la importancia que tiene, prefiriendo satisfacer sus aspiraciones basadas en la historia, en vez de instalarse en lugares donde su presencia nos beneficiaría a todos. La política colonizadora en los territorios provoca el alejamiento del apoyo mundial a nuestra causa, e imposibilita el retorno a las conversaciones que siempre nos brindan una esperanza de paz.
Samuel Auerbach

martes, 22 de septiembre de 2009

Brisas de esperanza.

Nuevos vientos de paz soplan en el medio oriente. Iniciativas con capitales de particulares con suficiente sano criterio como para entender la necesidad de una convivencia pacífica en la zona, poniendo al olvido venganzas y aspiraciones mezquinas, sin presiones de grupos o de partidos, sin ansias políticas ni deseos egocéntricos, han promovido un movimiento que ya ha adquirido gran cantidad de adeptos entre los palestinos. Ya han puesto manos a la obra al ambicioso proyecto. Están construyendo una pequeña ciudad modelo sin enmascarados civiles armados caminando por las calles, para que los árabes que así lo deseen, puedan saborear el vivir en paz, libertad y prosperidad sin tener que imaginarlo. Una ciudad novedosa que se unirá a otras para formar el estado que siempre estuvo en la imaginación del pueblo palestino que, en su gran mayoría, aún se mantiene subyugado por propios correligionarios, quienes agrupados en peligrosas organizaciones de desalmados sin aprecio alguno por la vida, se han enloquecido por el afán de dominio y expansión.

Es imprescindible que el proyecto no fracase, por que desde hace mucho tiempo ese pueblo lo esta pidiendo a gritos y porque es un ingenioso y optimista intento de iniciar un nuevo camino que conduzca al fin del conflicto en la región. En el medio oriente, en la proximidades de Ramalla, se está levantando esa ciudad modelo llamada Rawabi que será una de las tantas ciudades del nuevo Estado Palestino que sabrá vivir en paz con sus vecinos. Existen entre los árabes quienes aprecian la calidad de vida en los países de occidente, en donde la mujer es libre y con los mismos derechos que el hombre, en donde se puede opinar distinto sin que sea torturado o asesinado por la autoridad, en donde la violencia es reemplazada por la cultura. Vimos recientemente a esa gente en Irán, una muchachada que clamó por el cambio. Pero allí también sucedió lo que siempre aconteció en el pueblo palestino: esos sueños fueron reprimidos con la cárcel, la tortura y la muerte.

Todavía no se conocen reacciones en Irán y en los grupos terroristas a las que arma y estimula. Es muy probable que consideren a los impulsores del proyecto como traidores y a los felices habitantes como herejes. Es difícil prever los acontecimientos. La sombra de la represión siempre existirá mientras existan los grupos extremistas que no admiten ningún cambio en sus anacrónicas costumbres. Es por eso que para que tanta felicidad, para que ese sueño dorado se concrete hasta el final, será necesaria la ayuda y protección del foro internacional, incluyendo a Israel.
Samuel Auerbach
Netanya, Israel.

Hay que frenar a Irán.

En el siglo XXI aún persiste el salvajismo de tiempos pretéritos, de la época en la que Nerón arrojaba gente a las fieras para divertir a las masas.

El concepto del perdón, caridad, humanidad, compasión y respeto por la vida, son reemplazados por odio, crueldad y venganza. La piedad y el dolor por el sufrimiento ajeno que no se conocía en aquellos tiempos, siguen sin ser conocidos en muchos lugares de nuestro planeta. Irán y sus secuaces aún viven en el oscurantismo de tiempos pasados. Sus leyes, costumbres y muchos hechosque fueron registrados con cámaras fotográficas o de video, no caben dentro del mundo civilizado de hoy. Escenas desgarrantes que hieren al más insensible, convertidos ante sus ojos en fríos y rutinarios espectáculos como los que fueron en tiempos prehistóricos, se repiten cuando aplican la ley divina a su pueblo, en la lucha interna por la hegemonía de grupos y en el esfuerzo por eliminar al Estado de Israel. Sacar a colación algunos de sus cruentos actos sería manchar con sangre inocente y sensación de repugnancia a esta nota. Sin dar detalles sólo recordemos la barbárica muerte de una niña en Naharía, y cómo después de 30 años el asesino es aclamado en El Líbano donde el grupo Hisballah tiene su sede.

No dejemos de lado la triste importancia que tiene la educación que Hamas imparte a sus niños y jóvenes en las escuelas de sus campamentos de verano, en donde el terrorismo, el odio y el culto a la muerte son parte del programa de estudios. ¿Qué más se necesita para tener la certeza de estar frente a peligrosos seres sin frenos y con desprecio completo por la vida, esa maravillosa vida que tanto nos enseñaron a protejer y amar?.

Es por eso que en propia defensa, el occidente debe dejar de vacilar en detener el proceso que terminará con la introducción del poder destructivo de la bomba atómica en los arsenales de esta gente, en los almacenes bélicos de terroristas que no tienen líneas rojas en la ejecución de sus planes, que quieren borrar del mapa a un país vecino que no los amenaza y que sueñan con islamizar al mundo. El continuo empeño de Irán en desarrollar misiles de largo alcance que pueden llegar a Europa, demuestran que no sólo Israel se encuentra en su mirilla. El poder atómico en manos irresponsables, es un paligro para todos los seres vivientes. El tiempo marcha peligrosamente en progresión geométrica a favor de una segura hecatombe. No falta mucho que la cuenta regresiva llegue a cero. Es necesario frenar esa carrera demencial, antes de que sea demasiado tarde.

Samuel Auerbach.
Netanya, Israel.

viernes, 18 de septiembre de 2009

El juez que cayó en la trampa.

El maquiavélico ardid de Hamas le reportó rotundos éxitos, algunos previstos y otros inesperados. Su plan consistió en provocar a Israel para que ataque a Gaza. Aún sabiendo de antemano que militarmente no tendría ninguna posibilidad de triunfar, su real propósito fue despertar en el mundo apoyo y compasión por el débil y censura hacia el fuerte. Gracias a la falta de sensibilidad y desprecio por la vida que caracterizan a los grupos terroristas, le fue muy fácil a Hamás poner en marcha su siniestro plan. Cuanto más víctimas se producían en Gaza, mayor el impacto que produciría. Con ello se explica el almacenar arsenales en escuelas, hospitales, mezquitas, casas particulares; el lanzamiento de proyectiles en zonas densamente pobladas; el usar a humanos como escudo, el negar refugio a civiles a pesar de la advertencias del ejército israelí etc., etc. El éxito de Hamás se hizo notar en capas con manifiesta simpatía hacia él, que desgraciadamente existen en gran cantidad y con gran influencia política. El mundo antisemita estuvo incondicionalmente de su lado con estruendosas manifestaciones públicas apenas iniciadas las acciones bélicas. Al poco tiempo de terminada la guerra, cayeron en el juego de Hamás instituciones en el orden mundial, como ser Amistía y la Cruz Roja, y con bastante dilación, lo hizo recientemente el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas con la comisión que encabeza el juez Richard J. Goldstone, que no tuvo en cuenta en su informe que Israel no tuvo otra alternativa que atacar para defender a su pueblo. El juez no tuvo en cuenta en su informe, que durante ocho años nadie hizo nada para convencer a Hamás que dejara de hostigar a inocentes pobladores, pero en cambio se ordenaba insistentemente a Israel que detenga su defensa. La paciencia frente a los incesantes bombardeos y rupturas de treguas por parte de Hamás, no pudo durar más que ocho años. Las muertes, daños físicos y traumas psicológicos aún no superados, hacían insoportable la vida a más de un millón de israelíes y era imposible seguir manteniendo pasividad por más tiempo. El juez Goldstone no lo dice en su informe. Culpó a Israel por el efecto que sus balas produjeron sobre los civiles en Gaza, sin indultarlo por las evidencias que demuestran que Hamás los empujó deliberadamente a la muerte. También el juez cayó en la trampa tendida por Hamás.
Samuel Auerbach.
Netanya, Israel.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Conversemos.

Ven, siéntate al lado mío y conversemos como dos amigos. Dentro de unos días cumpliré un año más y pensé qué mejor para celebrarlo, que contribuir a abrir una nueva página en nuestras relaciones. Sé que me odias y que no aceptas mi amistad. Es por un rato corto solamente. Yo no te odio y aunque sea judío no creas que te perjudicaré si te sientas a mi lado para charlar. Al contrario, quiero ayudarte porque sé que estás enfermo aunque tú no lo sepas.
Quiero ayudarte a eliminar de tu cuerpo una espina maligna que no te deja razonar. Una espina que segrega un veneno que obnubila y te oculta el saber que soy un ser como todos los seres humanos. Ni mejor ni peor que los demás. Con sus mismos defectos y sus mismas virtudes.
Tienes clavada una espina maligna que hace que me odies, sin que tengas motivos ni te interese encontrarlos. Que hace que aseveres historias improbables que me culpan, y no quieras saber de verdades que me absuelven. Que siempre me recrimines los daños que alguna vez te pude haber producido, sin que jamás recuerdes la inmensa cantidad de bondades que durante el transcurso de los siglos te brindé. Las heridas que te pudieron haber causado los errores y los males que se me deslizaron, son las mismas heridas que por los mismos errores y los mismos males, gentiles como tú, tantas veces te laceraron. Pero tu enfermedad hace que sólo a mí me juzgues y me lo reproches.
¿Te das cuenta ahora de qué manera esa espina que quiero ayudarte a extirpar, no te deja pensar como deberías, y te hace actuar injustamente? Te diré, aunque te duela, que estás muy enfermo de antisemitismo. Así se llama esa horrible y milenaria enfermedad que tú padeces, que me daña y te daña. Me daña y hasta peligra mi vida durante sus crisis. Te daña porque te envenena con odio, y el odio es uno de los peores sentimientos. Odio es el antónimo de amor. Feliz es el que ama, desdichado el que odia.
Pero... ¿alguna vez te preguntaste a tí mismo cómo y porqué te enfermaste?. Nunca te lo preguntaste porque esa enfermedad, que ataca a la zona cognitiva del cerebro, hizo que nunca supieras que estabas enfermo. Es por eso que yo quiero darte una mano. Puede ser que sea útil el explicarte cómo se produce. Escucha bien. Es una enfermedad que se inculca tempranamente a través de una persistente educación impartida por educadores atacados por la misma enfermedad. Una vez inculcada, se instala en el subconsciente como una espina clavada en profundidad, como son todas las ideas que se absorben en la niñez.
Reconozco que a pesar de mi ayuda, te será dificil curarte. Aunque sea por un instante, trata de no odiarme. Sé que te será muy dificil imaginarte que ya no guardas más esa espina. Pero si lo logras hacer, te darás cuenta qué necio fuiste y cuán equivocado estabas cuando conceptuabas a este judío sentado al lado tuyo, que ama a la paz entre los hombres, que no te odia y detesta que lo odies. Este judío que siempre soñó con ser tu amigo.
Samuel Auerbach.
Netanya, Israel.

martes, 8 de septiembre de 2009

El timonel mejoró su rumbo.

El giro hacia la izquierda que Netanyahu dio a su política, originó claras demostraciones de aprobación en el mundo occidental, y una reacción adversa en los grupos que facilitaron su ascenso al poder. Se ha llegado a una situación semejante a la que provocó la ruptura del Likud en el año 2005, y que dio motivo al nacimiento de Kadima liderado por Ariel Sharón. Cabe recordar que en aquel entonces, los disidentes del likud capitaneados por Benjamín Netanyahu, provocaron esa ruptura partidaria en respuesta a las declaraciones pronunciadas por su líder por las que aceptaba otorgar “dolorosas concesiones” al enemigo y por llevar a cabo un plan de retirada unilateal israelí. Ahora Netanyahu está viviendo una situación parecida a la que Sharón vivió en aquel entonces. El admitir el principio “dos estados para dos pueblos”, las promesas de desmantelar las colonias ilegales y congelar las nuevas construcciones en los territorios, sobrepasaron el cupo de paciencia que la derecha estaba soportando. Miembros de la derecha, entre los que se encuentra el presidente del parlamento Reuvén Rivlin, comenzaron a levantar su voz de protesta. ¿Les causarán más adelante a Netanyahu lo que Netanyahu le causó a Sharón?. El giro del primer ministro lo hace factible.

La historia se esta poniendo interesante. Una posibilidad es que la derecha siga tragando saliva y mordiéndose los labios como lo hicieron hasta ahora, con tal de no abandonar el gobierno y verse gobernada por la izquierda. En caso que los nuevos disidentes se retiren de la coalición, no creo que Netanyahu forme un nuevo partido como lo hizo Sharón. También descarto que a último momento se produzca un marcado arrepentimiento de su parte, que en nada contribuiría a su buen nombre en el ámbito internacional, a pesar del zigzagueo demostrado últimamente que mucho enojó a Obama, su socio en lograr la paz en la zona. Quedan dos alternativas: Una muy poco probable, llamar a nuevas elecciones, y la otra más factible, mantener su liderazgo volviendo a ofrecer su ingreso al gobierno a Tzipi Livni y su partido Kadima, cuyos postulados no se alejan en mucho a los que actualmente orientan a Netanyahu. En este caso no podrá oponerse en aceptar lo que una vez le negó: alternar con ella la jefatura del país, si es que ella aún insiste. El giro que Netanyahu le dio a su timón, ¿fue en respuesta a presiones externas?, ¿fue en realidad un cambio en su manera de pensar o una maniobra que tenía prevista?, ¿usó a la derecha sólo para llegar al poder?. La inteligencia y sagacidad demostrada por el primer mandatario en otras ocasiones, ponen a estos interrogantes en la lista de posibilidades.
Samuel Auerbach,