Nuevos vientos de paz soplan en el medio oriente. Iniciativas con capitales de particulares con suficiente sano criterio como para entender la necesidad de una convivencia pacífica en la zona, poniendo al olvido venganzas y aspiraciones mezquinas, sin presiones de grupos o de partidos, sin ansias políticas ni deseos egocéntricos, han promovido un movimiento que ya ha adquirido gran cantidad de adeptos entre los palestinos. Ya han puesto manos a la obra al ambicioso proyecto. Están construyendo una pequeña ciudad modelo sin enmascarados civiles armados caminando por las calles, para que los árabes que así lo deseen, puedan saborear el vivir en paz, libertad y prosperidad sin tener que imaginarlo. Una ciudad novedosa que se unirá a otras para formar el estado que siempre estuvo en la imaginación del pueblo palestino que, en su gran mayoría, aún se mantiene subyugado por propios correligionarios, quienes agrupados en peligrosas organizaciones de desalmados sin aprecio alguno por la vida, se han enloquecido por el afán de dominio y expansión.
Es imprescindible que el proyecto no fracase, por que desde hace mucho tiempo ese pueblo lo esta pidiendo a gritos y porque es un ingenioso y optimista intento de iniciar un nuevo camino que conduzca al fin del conflicto en la región. En el medio oriente, en la proximidades de Ramalla, se está levantando esa ciudad modelo llamada Rawabi que será una de las tantas ciudades del nuevo Estado Palestino que sabrá vivir en paz con sus vecinos. Existen entre los árabes quienes aprecian la calidad de vida en los países de occidente, en donde la mujer es libre y con los mismos derechos que el hombre, en donde se puede opinar distinto sin que sea torturado o asesinado por la autoridad, en donde la violencia es reemplazada por la cultura. Vimos recientemente a esa gente en Irán, una muchachada que clamó por el cambio. Pero allí también sucedió lo que siempre aconteció en el pueblo palestino: esos sueños fueron reprimidos con la cárcel, la tortura y la muerte.
Todavía no se conocen reacciones en Irán y en los grupos terroristas a las que arma y estimula. Es muy probable que consideren a los impulsores del proyecto como traidores y a los felices habitantes como herejes. Es difícil prever los acontecimientos. La sombra de la represión siempre existirá mientras existan los grupos extremistas que no admiten ningún cambio en sus anacrónicas costumbres. Es por eso que para que tanta felicidad, para que ese sueño dorado se concrete hasta el final, será necesaria la ayuda y protección del foro internacional, incluyendo a Israel.
Samuel Auerbach
Netanya, Israel.
martes, 22 de septiembre de 2009
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