miércoles, 20 de mayo de 2009

Las ansias de un pueblo

Los EEUU son los únicos aliados de Israel y siguen queriendo su bien. No hay que permitir que el odio y el fanatismo reinante en las esferas gubernamentales enfríen su tradicional apoyo. En su reciente encuentro con Obama, Netanyahu enfatizó el problema Iraní, que lo usó como pantalla de humo para eludir la cuestión de los asentamientos y el principio “Dos estados para dos pueblos”. La autorización otorgada a compañías constructoras justamente antes de su viaje, no deja de ser una descarada ofensa, a quien se sabía hiría a pedir el desalojo de los asentamientos. Precipitada medida inspirada por sectores que no se pueden desprender del sueño bíblico de la patria grande, y que se niegan por ende, a propender la creación de un estado palestino en la zona. Esos mismos sectores, que durante dos mil años mantuvieron unido al pueblo de Israel para plasmar, por fin, su reunificación en un estado modelo, esos mismos sectores con su odio y fanatismo, lo pueden echar todo a perder. Inútil pretender que cambien sus sentimientos y pretensiones. Fueron siempre así y continuarán siendo así. Pero odio y fanatismo no deben gobernar. Los gobiernos deben ser suficientemente fríos y sobrios para que sus determinaciones estén libres de sentimientos que encubran y entorpezcan la lógica y la razón, y les permitan elegir libremente el camino que mejor convenga a su pueblo. Sólo alienta la esperanza de que el primer ministro se ilumine a tiempo, y fríamente gire el timón de su nave en la única dirección que todo el pueblo con ansias espera: ¡PAZ!!!
Samuel Auerbach

No hay comentarios: