miércoles, 14 de enero de 2009

Lo que cierta prensa no cuenta.

Si bien muchos cronistas admiten que el bombardeo de Hamás martirizó el sur de Israel durante ocho años, por otro lado lo justifican porque lo consideran consecuencia de la ocupación de sus territorios por los sionistas. Da la impresión que no ven, o no quieren ver que eso no es cierto. No recuerdan o no quieren recordar que nuestra retirada de Gaza fue una insinuación sobre nuestras sanas intenciones. La prensa antisemita nunca dijo que fue un gesto, que fue una tendida de mano para hacer las paces y olvidar rencores, que fue una demostración de que somos capaces de retirarnos en pro de una paz. La prensa antisemita oral y escrita, nunca dijo que a Hamás no le interesó esa paz que le ofrecíamos y que aprovechó la retirada para extender sus plataformas de lanzamientos y respondernos con una lluvia de mortales cohetes. No, la prensa antisemita, disfrazada de anti israelí o anti sionista, nunca dijo eso. Si los cronistas analizaran los hechos deberían darse cuenta que Hamás lucha, no por “los”, sino por “el” territorio, todo el territorio que Israel ocupa. Hamás lo declaró. ¿Acaso la prensa antisemita también es sorda, no oye lo que Hamás proclama a gritos? Si no oye, posiblemente leyendo lo sabrá: sueñan con instalar en todo el territorio que Israel ocupa, un país fundamentalista islámico. ¿Es muy complicado llegar a esta conclusión?. ¿Tampoco sabe que Hamás no nos reconoce como país? ¿ Cómo pretenden los cronistas que suspendamos la ofensiva, si ellos no paran sus misiles con los que provocaron la guerra? ¿Cómo pretenden que suspendamos el ataque, si para Hamás, Israel existirá hasta que ellos nos aniquilen?. ¡Por favor! ¿Es que tampoco leyeron su constitución?. No tengo otra alternativa que creer que esos cronistas son también Hamás, lo mismo que algunos presidentes como Chávez, Zapatero y otros que no ven el más allá, no ven que algún día sus pueblos podrán ser víctimas del expansionismo islámico fundamentalista.
Admitimos con tristeza que hay muchos civiles que caen. El pueblo de Israel comparte con lágrimas, el dolor de esa pobre gente. Pero ya nadie discute que Hamás no ha hecho nada para que esto no suceda. Tampoco ya nadie discute que los usó como escudo que Israel no se atrevería a tocar. Eso fue justamente lo que sucedió en la guerra Líbano II y ese fue nuestro error. Se luchó respetando en lo posible los escudos humanos, frenando a la aviación. Volvió la tranquilidad en el norte, pero a costa de muchas y dolorosas bajas. Para desgracia del sector civil de la franja de Gaza, que es lo único que lamentamos, esta vez esa diabólica táctica no surtió efecto. Lo demuestran los resultados, que son tomados muy en cuenta por el Líbano y Hisballah para no abrir un nuevo frente. De nada sirvieron las advertencias del ejército israelí al pueblo de Gaza, insistiéndoles que se alejen de las zonas de peligro. Muchos escaparon. A otros las milicias los obligaron a quedarse a punta de pistola, con fotógrafos y reporteros que diseminaban por el mundo las horribles y tristes vistas del “holocausto palestino”, el “genocidio”, la “masacre”. No les importa nuestro tremendo castigo ni la suerte de su pueblo. Aún confían neciamente en su cercana victoria. Los misiles siguen cayendo sobre una amplia zona del sur de Israel, y siguen cayendo los inocentes niños palestinos que ellos empujan a la hoguera.
Samuel Auerbach
Netanya
Israel

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