He leído un artículo recientemente publicado titulado:
Marchas en todo el mundo: la ruptura del consenso israelí. Por Shlomo Slutzky, especial para Clarín.com.
En él el correponsal transribe las opiniones de personas que representan a grupos que abogan por un inmediato cese del fuego y el comienzo de conversaciones con Hamás, con el fin de arribar a un arreglo pacífico. No dudo que es un hermoso sueño, pero a la vez no me explico como es posible que existan ojos y oídos que, aún viviendo en Israel, no puedan ver ni oír cual es el verdadero motivo de esta no desada contienda. Además parecen no conocer a los integrantes de Hamás. Con sólo leer algunos párrafos de su constitución, ese artículo que tanto favorece a nuestros enemigos, no hubiera sido escrito. Recordemos algo de esta terrible carta fundamental, aprobada en agosto de 1988:
Dentro del preámbulo: Israel existe y seguirá existiendo hasta que el Islam lo extermine, tal como ha exterminado a otros anteriormente.
Artículo Sexto: Hamás es un movimiento palestino cuya fidelidad es a Allah, y cuyo modo de vida es el Islam. Luchará por levantar la bandera de Allah sobre cada pulgada de Palestina
Artículo Siete: Hamás es uno de los eslabones en la lucha contra el invasor sionista. El Profeta ha dicho "El Día del Juicio Final no llegará hasta que los musulmanes maten a todos los judíos que se esconden detrás de piedras y árboles. Las mismas piedras y árboles dirán, ¡Oh, musulmanes! Hay un judío detrás de mí. Ven y mátalo".
Expresiones de fanáticos que no habrán de cambiar hasta conseguir sus fines. Si esta constitución cristalizó en 1988, ese pensamiento nació mucho antes. Significa entonces que la mayoría de sus combatientes fueron criados con esa consigna desde que nacieron. El odio que mamaron en su níñez no les permitirá modificar lo que tienen muy incrustado en su consciencia y subconsciencia. No creo posible un arreglo pacífico con ellos, ni mucho menos un tratado de paz. Nos conformaríamos por lo menos con una tregua larga que asegure la tranquilidad de nuestro sur, tregua a la cual todavía no dan muestras de acercarse a pesar del sufimiento que su pueblo padece. Si aún con el fuerte castigo que reciben y las treguas concertadas, Hamás no ha cesado de lanzar sus misiles, con sobrada razón tampoco lo hará si Israel silencia sus armas. Según lo declararon, su propósito es seguir la contienda hasta lograr la victoria, un sueño que debemos evitar a toda costa. Pero no olvidemos que no todo el pueblo palestino es Hamás, por lo que la luz de una esperanza de paz con nuestros vecinos, aún sigue brillando en nuestro cielo.
Samuel Auerbach
Netanya
Israel
domingo, 11 de enero de 2009
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